26 octubre, 2010

Y uno aprende...

Después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma, 


y uno aprende que el amor
no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender. 


Que los besos no son contratos 
y los regalos no son promesas
y uno empieza a aceptar sus derrotas 
con la cabeza alta y los ojos abiertos 

y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes...
y los futuros tienen una forma de
caerse en la mitad.

Y después de un tiempo
uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma, en lugar
de esperar a que alguien le traiga flores. 

Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende...
y con cada día uno aprende.

Lo descubrí hace muchos años, por aquel entonces decían que eran de Jorge Luis Borges, pero después hubo demasiado jaleo con la procedencia del escrito y acabaron llegando a la conclusión de que era una traducción de un texto de Veronica A. Shoffstall. 

Para mí da igual de quien sea, no me voy a pelear con unos y otros por saber de donde procede, pero me gusta lo que cuenta, creo que la vida es cuestión de aprender. Nunca deberíamos dejar de aprender y quien piense que lo sabe todo del vivir está equivocado...

2 comentarios:

maba dijo...

me lo imprimo, lo tengo claro!

y lo mismo pasa a ser decoración de nuestra habitación

te cuento si lo hago, pero es precioso, no lo conocía y es muy, muy bonito!!

besos

Kat dijo...

Yo llevo años sabiendo se su existencia y la verdad que aunque pase el tiempo no deja de gustarme, me parece que todos deberíamos leerlo y sobretodo tenerlo en cuenta...

Besos!