Estamos dando los últimos coletazos a los días de Otoño.
Llevamos unos días soleados por aquí, con frío pero sin lluvia, típicos días de otoño/invierno en Madrid pero que aquí no son demasiado normales. Habrá que aprovecharlos.
A mí me encantan estos días, me gusta que haga frío pero también sol, que entre luz por la ventana y no sea todo tan gris, tan oscuro y tan tremendamente triste. Además, como ya digo más arriba me recuerda a Madrid, me recuerda a cuando iba a clase con guantes y bufanda porque hacía frío pero también con gafas de sol porque molestaba el sol en los ojos.
Sé que hablo mucho de Madrid aquí aunque nunca diga nada en concreto, porque lo echo de menos. Al principio pensaba que sólo lo echaba de menos por mi familia, que si ellos viviesen aquí no estaría pensando tanto en Madrid, pero con el tiempo, y poco a poco me he ido dando cuenta de que no es así. Creo que con Madrid mucha gente (me incluyo) tenemos una relación de amor/odio.
Cuando estaba allí me daba cuenta de los atascos, el frío en invierno, la multitud de gente que se forma en torno a unas cuantas calles, el calor en verano, tardar un montón de tiempo en ir a cualquier sitio (al menos desde mi casa era así, quizás si vives en la Gran Vía o en Sol, esto no suceda, pero ya sabemos que los que viven en esas zonas no son la gran mayoría) vaya, que a veces veía mucho más las cosas malas que todo lo bueno que me podía ofrecer. Todo lo que echo de menos ahora.
Creo que musicalmente hablando gana por goleada a muchas ciudades, claro está que no hablo de grandes ciudades que serán más o menos como Madrid, no la estoy comparando por ejemplo con Barcelona, pero sí que hay un abismo con pequeñas ciudades como en la que ahora mismo vivo. Y no sólo en lo musical, sino en lo cultural en general.
Sé que siempre me quejaré, que si algún día vuelvo a vivir en una gran ciudad, me acordaré de todas las cosas buenas que tienen las pequeñas ciudades, que como todo, tiene sus pros y sus contras, pero ya sabéis que el ser humano nos quejamos por naturaleza, y así seguirá siendo.
Aunque muchos días no puedo evitar pensar... ¿que pasaría si viviese en Madrid? y casi siempre me invento un Madrid a mi gusto, porque todo lo vemos a nuestra manera cuando no estamos metidos en el papel, un mundo que seguro no existe, pero para mí es mi Madrid. Os dejo una canción con la que no puedo evitar llorar cuando lo añoro, cuando pienso en todo esto y cuando cierro los ojos y me veo allí caminando desde Las Ventas hasta Chamberí... o por la Gran Vía, menos mal que dentro de unos días volveré. No para quedarme, pero sí para recargar energía y traerme un saco lleno de todo lo que no encuentro aquí.
Esta canción no he tenido la suerte de escucharla en directo con Zahara, en el disco la canta con Rebeca Jiménez y todas las versiones que pueda haber de esta canción son perfectas. Se escucha el vídeo un poco mal pero os lo imagináis y se me perdona, ¿a qué si?
Otro día os cuento cual es mi rincón favorito de Madrid, como la canción de Pereza ;)
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